jueves, 10 de julio de 2014

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ARTISTAS DE LAVIDA

 

No he podido sentir de lo más profundo de mi alma, el deseo de ser la artista de mi propia vida. Tal vez, no sea una de las grandes pintoras, sin duda no me ha faltado el valor de querer ser grande pero no de fama ni de dinero, tan solo de alma, humildad y sinceridad. Pues así empezó mi pasión, déjame contarte: Un día ya no aguantaba más las tristezas que me agobiaban, comencé a desesperarme y el corazón entró a latir como si fuese un torbellino buscando calma. Fue entonces, cuando tropecé y... Sácate-las! No eran más ni menos que los instrumentos que yo necesitaba, tachitos llenitos de pinturas de mucho colores y una variedad de pinceles de distintos trazos.
Cuidadosamente, tomé un pincel, aunque me asusté al hacerlo. No pertenecían a nadie. Con entusiasmo entré a mezclar colores, desparramaba pintura por aquí, manchitas por allá y líneas por otro lado  y fui llenando ese espacio vacío y perdido que encontraba a dentro de mi. Confieso, no era lo que quería ya que, entre mezcla y mezcla los colores  se difundieran a un tono oscuro tan oscuro como una tormenta llenita de jotitas de agua como las que suelo ver en mis ojos. Me enojé, no, no, no podía dejar que la tormenta me aplastara así que... Pataditas que le daba a cada tacho, por hacerme sentir frustrada a cada momento, era color que no debía tener más y entre tantas pataditas sentí glups! Metí la pata a donde no debía, como suele ser en mis rutinas, siempre meto la pata. Con furia y a punto de explotar sacudí mi pierna el tacho voló por el aire; Miré mi zapatilla y estaba de color amarilla, grité tantas veces a Dios reclamándole ¿Por qué? ¿Por qué todo tiene salir o andar mal? En medio de tantos gritos un rayito de sol quemaba mis ojos, sin causa alguna, comencé a reírme tan fuerte como pude, es que... Ya no tenía más ganas de llorar.



De pronto, noté que mi zapatilla era igualita al color del sol, por lo que pensé, ¿Para ser una gran artista, qué puedo hacer? Comprendí que esa tormenta que se había formado a causa de tantos colores debía tener un sol fuerte y brillante. Así fue que aprendí a dibujar el sol tantas veces me sen necesario, cuando la tormenta cree apoderarse y debilitarme. En mi está seguir de pie. Le hago frente. Siempre busco los pinceles de trazos distintos, es que depende de la tempestad será el sol. Eso si, jamás la tapo completa porque mi desafío como artista es aprender de las experiencias, buenas o malas, uno debe buscar la manera de afrontarlas.

El deseo de querer ser artista me quemaba más y más en mi corazón, pero esta vez era el arte de cantar, si quiero cantar todas esas canciones que no pueden ser letras al azar, no, no tienen que ser las que nazcan del alma, de lo que yo vaya sintiendo. Pero un día alguien me recordó aquello que yo ya sabía y gritándome me dijo: "¿Qué vas a ser vos sino no has nacido para soñar tan alto, qué vas a cantar? No pude más que soltar el grito de angustia echa llanto y en mi pecho sentía esa musiquita que me alentaba a pararme, con vos suave-cita cantaba a dentro de mí "cómo puedo explicarte con palabras lo que siento cuando te veo reír”... Y yo seguí la letra " es muy fácil sólo dime que me quieres y que es por mi, por mi, por mi que estas aquí" Sin pensarlo respondió "es por ti, por ti por ti que estoy aquí"

No dude más, nadie tiene derecho a apagarme la vos, pues yo un poco rebelde, en buen sentido, agarré la escoba y la use como guitarra y entoné el canto de la vida, el amor, la nostalgia. Tiré la escoba y empecé en la mesa a golpear como si fuere una batería y canté la valentía, el coraje y por último, tomé un vaso que se encontraba a mi alcance y ese fue mi micrófono. Sentí el eco de mi vos que retumbaba allí a dentro. Me dejó descubrir que más allá de que me pongan un ritmo vertiginoso, tengo que ser yo quien escuche la vos que canta el corazón. Nadie ha nacido perfecto, pero podemos transformar la vida tal cual nos propongamos, que el canto no nos lleve al deliro de la fama. Sólo deber marcar el camino que andamos, misionamos con el alma y nos permita robarle la sonrisa a quienes en estos momentos se le esté apagando por alguna pena. La mayor fortuna queda en el único tesoro y ese no es más que el corazón.

Aun así con la pintura y el canto no me conformaba, parece ser que esto de querer ser artista a una la vuelve ambiciosa. Ahora quiero ser escritora, si ¿Qué tiene de malo? Tampoco pretendo ser como el autor del "Pájaro del alma" quien sin duda ha cautivado la mía a través de ese ser bellísimo que me lo presentó con muchísimo amor. Para ello debería cursar en alguna academia que me prepare para esto pero... No, no si no busco ni tan-tito de fama. Tampoco pretendo ser como  Juanita, claro! A poco no la recuerdas! Juanita quien se tragaba las palabras según su autora debido a que el resto siempre la obligaba a guardar silencio. No y no! Me sale en un tono medio berrínchelo, no he querido más que usar papel y lápiz para escribirles a quienes quiero con el alma, en quienes he confiado solo con miradas y... Acá me sentí grande tan  grande como la protagonista del cuento "Virtudeschoique" quien se atrevía mirar a sus alumnos más allá de sus defectos, siempre, veía virtudes y, seguramente  sus alumnos también hallaban virtudes para con ella. De hecho yo no he querido ver en ti más que tu corazón y alma, más que el reflejo y el brillo de tus ojos.  


Todo me toco aprenderlo. A dibujar, a cantar y escribir. Tendiendo la seguridad de que confiemos en uno mismo. No podemos perder el eje que nos apasiona a mantenernos parad@s. Debemos seguir creyendo que hay un Dios a quien le debemos dejar todo en sus manos, él marcará día y hora para cuando las cosas tornen a mejorarse. Mientras tanto la marcha debe continuar. Debemos respirar profundo sin perder de vista que tenemos la posibilidad de hacerlo.

Por otra parte, debemos renunciar y alejarnos  de todos aquellos que nos maltratan el corazón con alguna herida pequeña sin razón alguna, al fin y al cabo uno tiene que enfocarse en lo que se  ha dedicado a construir. El resto va y viene, pero no tenemos que dejar que nos tricen como un cristal a quienes amamos y hemos logrado con el más mínimo golpe, las partes se arman pero nada vuelve a ser igual. Por ello no te olvides de ser la
ARTISTA DE TU PROPIA VIDA.  





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