ARTISTAS DE LAVIDA
No he podido sentir de
lo más profundo de mi alma, el deseo de ser la artista de mi propia vida. Tal
vez, no sea una de las grandes pintoras, sin duda no me ha faltado el valor de
querer ser grande pero no de fama ni de dinero, tan solo de alma, humildad y
sinceridad. Pues así empezó mi pasión, déjame contarte: Un día ya no aguantaba
más las tristezas que me agobiaban, comencé a desesperarme y el corazón entró a
latir como si fuese un torbellino buscando calma. Fue entonces, cuando tropecé y... Sácate-las! No eran más ni menos que los instrumentos que yo
necesitaba, tachitos llenitos de pinturas de mucho colores
y una variedad de pinceles de distintos trazos.
Cuidadosamente, tomé un
pincel, aunque me asusté al hacerlo. No pertenecían a nadie. Con
entusiasmo entré a mezclar colores, desparramaba pintura por
aquí, manchitas por allá y líneas por otro lado y fui llenando ese
espacio vacío y perdido que encontraba a dentro de mi. Confieso, no
era lo que quería ya que, entre mezcla y mezcla los colores
se difundieran a un tono oscuro tan oscuro como una tormenta
llenita de jotitas de agua como las que suelo ver en mis ojos. Me
enojé, no, no, no podía dejar que la tormenta me
aplastara así que... Pataditas que le daba a cada tacho,
por hacerme sentir frustrada a cada momento, era color que no
debía tener más y entre tantas pataditas sentí glups! Metí la pata a
donde no debía, como suele ser en mis rutinas, siempre meto la pata. Con furia
y a punto de explotar sacudí mi pierna el tacho voló por el aire; Miré mi
zapatilla y estaba de color amarilla, grité tantas veces a Dios reclamándole
¿Por qué? ¿Por qué todo tiene salir o andar mal? En medio de tantos gritos un
rayito de sol quemaba mis ojos, sin causa alguna, comencé a reírme tan fuerte
como pude, es que... Ya no tenía más ganas de
llorar.
De
pronto, noté que mi zapatilla era igualita al color del sol, por lo que pensé,
¿Para ser una gran artista, qué puedo hacer? Comprendí que esa tormenta que se
había formado a causa de tantos colores debía tener un sol fuerte y brillante.
Así fue que aprendí a dibujar el sol tantas veces me sen necesario, cuando la tormenta
cree apoderarse y debilitarme. En mi está seguir de pie. Le hago frente.
Siempre busco los pinceles de trazos distintos, es que depende de la tempestad
será el sol. Eso si, jamás la tapo completa porque mi desafío como
artista es aprender de las experiencias, buenas o malas, uno debe buscar
la manera de afrontarlas.
El
deseo de querer ser artista me quemaba más y más en mi corazón, pero esta vez
era el arte de cantar, si quiero cantar todas esas canciones que no pueden ser
letras al azar, no, no tienen que ser las que nazcan del alma, de lo que yo
vaya sintiendo. Pero un día alguien me recordó aquello que yo ya sabía y
gritándome me dijo: "¿Qué vas a ser vos sino no has nacido para soñar tan
alto, qué vas a cantar? No pude más que soltar el grito de angustia echa llanto
y en mi pecho sentía esa musiquita que me alentaba a pararme, con
vos suave-cita cantaba a dentro de mí "cómo puedo explicarte con
palabras lo que siento cuando te veo reír”... Y yo seguí la letra "
es muy fácil sólo dime que me quieres y que es por mi, por mi, por mi que
estas aquí" Sin pensarlo respondió "es por ti, por ti por ti que
estoy aquí"
No dude
más, nadie tiene derecho a apagarme la vos, pues yo un poco rebelde, en buen
sentido, agarré la escoba y la use como guitarra y entoné el
canto de la vida, el amor, la nostalgia. Tiré la escoba y empecé en la
mesa a golpear como si fuere una batería y canté la valentía, el coraje y por
último, tomé un vaso que se encontraba a mi alcance y ese fue mi micrófono.
Sentí el eco de mi vos que retumbaba allí a dentro. Me dejó descubrir que más
allá de que me pongan un ritmo vertiginoso, tengo que ser yo quien
escuche la vos que canta el corazón. Nadie ha nacido perfecto, pero podemos
transformar la vida tal cual nos propongamos, que el canto no nos lleve al
deliro de la fama. Sólo deber marcar el camino que andamos, misionamos con el
alma y nos permita robarle la sonrisa a quienes en estos momentos se le esté
apagando por alguna pena. La mayor fortuna queda en el único tesoro y ese no es
más que el corazón.
Aun así
con la pintura y el canto no me conformaba, parece ser que esto de querer ser
artista a una la vuelve ambiciosa. Ahora quiero ser escritora, si ¿Qué tiene de
malo? Tampoco pretendo ser como el autor del "Pájaro del alma" quien
sin duda ha cautivado la mía a través de ese ser bellísimo que me lo presentó
con muchísimo amor. Para ello debería cursar en alguna academia que
me prepare para esto pero... No, no si no busco ni tan-tito de fama.
Tampoco pretendo ser como Juanita, claro! A poco no la recuerdas! Juanita
quien se tragaba las palabras según su autora debido a que el resto siempre la
obligaba a guardar silencio. No y no! Me sale en un tono
medio berrínchelo, no he querido más que usar papel y lápiz para
escribirles a quienes quiero con el alma, en quienes he confiado solo con
miradas y... Acá me sentí grande tan grande como la protagonista del
cuento "Virtudeschoique" quien se atrevía mirar a sus alumnos más
allá de sus defectos, siempre, veía virtudes y, seguramente sus alumnos
también hallaban virtudes para con ella. De hecho yo no he querido ver en ti
más que tu corazón y alma, más que el reflejo y el brillo de tus ojos.
Todo me toco aprenderlo.
A dibujar, a cantar y escribir. Tendiendo la seguridad de que confiemos en uno
mismo. No podemos perder el eje que nos apasiona a mantenernos parad@s. Debemos
seguir creyendo que hay un Dios a quien le debemos dejar todo en sus manos, él
marcará día y hora para cuando las cosas tornen a mejorarse. Mientras tanto la
marcha debe continuar. Debemos respirar profundo sin perder de vista que
tenemos la posibilidad de hacerlo.
Por otra parte, debemos
renunciar y alejarnos de todos aquellos que nos maltratan el corazón con
alguna herida pequeña sin razón alguna, al fin y al cabo uno tiene que
enfocarse en lo que se ha dedicado a construir. El resto va y viene, pero
no tenemos que dejar que nos tricen como un cristal a quienes amamos y hemos
logrado con el más mínimo golpe, las partes se arman pero nada vuelve a ser
igual. Por ello no te olvides de ser la
ARTISTA DE TU PROPIA
VIDA.
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