I
La vida va y viene
La muerte sólo viene
Lo hermoso es vencerla cada día
Retrasarla con la rebeldía del amor
II
Elijo la necedad antes que la indolencia
Cada dolor, cada caída, cada desencuentro
Acrecienta mi voluntad de amar…
III
Y después de amar
Sólo queda seguir amando
No acatar el confortable adiós
Ni la improbable tregua de tiempo y silencio
IV
Le pidió tiempo y silencio
Lo condenó al estruendo eterno de su presencia ausente...
V
A menudo la ausencia adquiere tal presencia
que logra colmar los pliegues más recónditos del vacío
VI
A veces uno dice que no espera nada
Pero siempre esperamos
Es como respirar
Si no esperamos es porque estamos muertos
VII
La soledad….tan parecida al miedo
El silencio
Tan parecido al olvido
La vida a veces tan parecida a la muerte
Sólo el amor tiene sentido..
VIII
A veces un sueño hermoso
Deviene pesadilla si lo soñás solo
IX
Que caprichosa e insaciable el alma:
Se había vuelto adicto al diálogo con ella.
Ahora padece una sobredosis terminal de extrañamiento...
X
Se subió a la bicicleta fija
y pedaleó kilómetros inertes
Con la misma lógica
Su alma deambuló en extensas lejanías
sin moverse de su sitio…
PABLO CICCOLELLA
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