Por primera vez se abrieron mis ojos,
Pude ver tu alma oscura, fría,
Tu esencia vacía.
Pero mi corazón estaba lleno de ternura,
De amor y de abrigo.
Comencé a reconocer tus mentiras.
Que no era más que tu desamor.
Y ahí estaba parada yo,
Entre el amor que sentía
Y vos, que pretendías ser lo que no eras
Y no sentías.
Miriam
Giambuzzi