¿Como se redacta un texto narrativo?
¿Cómo se hace?
En toda narración o relato hay que considerar, en primer lugar, la ficción o historia que se va a contar. Ella está constituida por un conjunto de acontecimientos o acciones que se suceden y encadenan entre sí, y que constituyen la trama.
La historia se estructura, normalmente, en el orden cronológico de los acontecimientos principales desde una situación inicial a una situación final. Sin embargo, un relato bien construido no sólo consta del encadenamiento temporal de los acontecimientos; a éstos se les suele añadir otros elementos tales como descripciones, diálogos y reflexiones.
Para redactar una pequeña historia aconsejamos seguir los siguientes pasos:
Elección de un conflicto apropiado para la historia.
Selección del tipo de narrador y punto de vista.
Organización de la trama o acción.
Desarrollo de los personajes por medio de la descripción, diálogo y acción.
Creación del marco o ambiente de la historia mediante la descripción de lugares y tiempos.
Técnicas narrativas
Para confeccionar un texto narrativo tendremos en cuenta distintas perspectivas. La información que vehicula el texto narrativo variará según estas perspectivas; así, se pueden presentar de forma muy distinta textos con el mismo contenido informativo, según sean los siguientes parámetros:
1. El punto de vista del narrador
Importancia del narrador: el protagonista de una narración, no porque carezca de psicología, sino porque lo espiamos en una sola peripecia, no nos da tiempo para que intimemos con él. El narrador, en cambio, sabiendo que no dispone de tiempo suficiente para lograr esa identificación, de entrada invita al lector a que se identifique, no con el personaje, sino con él. El narrador es el verdadero protagonista de su narración, ni más ni menos que el poeta es el protagonista de su poema lírico.
En la vida práctica el narrador no existe. En la narración, en cambio, sólo existe el narrador. Lo que importa es desde qué punto de vista cuenta un narrador cuya existencia es convencional. El narrador puede narrar gracias a que antes percibió. Se ha de analizar el punto de vista imaginario con que quedaron ordenadas las acciones del cuento.
Podemos distinguir 4 tipos de narradores:
a) Narrador-protagonista: la acción de la narración es la actividad del narrador-protagonista.
b) Narrador-testigo: un personaje menor que observa las acciones externas del protagonista.
c) Narrador-omnisciente: conoce toda la historia y nos cuenta lo que ocurre en el exterior de los personajes, es decir, cómo se mueven, lo que dicen, etcétera. También puede contarnos lo que ocurre en el interior de los personajes, sus pensamientos, sus deseos. Incluso, a veces conoce el futuro, es decir, sabe de antemano el final del relato y lo que los personajes harán.
d) Narrador-cuasi omnisciente: no es omnisciente porque ni entra en las mentes de sus personajes ni sale en busca de explicaciones para completarnos el conocimiento de lo que ha ocurrido. Por ejemplo, oye lo que hablan unos presos en una cárcel, pero si murmuran no oye; tiene libertad de movimientos para observar a su personaje en situaciones privadas a las que una persona ordinaria no podría tener acceso.
Estos puntos de vista pueden mantenerse fijos fijos a lo largo de una narración; pero también se puede elegir más de uno, usándolos sucesivamente y combinándolos.
2. El punto de vista del tiempo
Es la posición cronológica en la que el narrador se sitúa para relatar. Con esta técnica se busca hacer olvidar que hay otro tiempo fuera del ficticio. El narrador puede colocarse en el presente para narrar hechos pasados, en un futuro para narrar hechos pasados, en el mismo tiempo que lo narrado, o en un pasado para contar hechos futuros.
En la narración canónica, el tiempo verbal es el pasado, en sus dieferentes formas. Normalmente, para las acción se utiliza el pretérito anterior y el pluscuamperfecto; para los momentos descriptivos, de presentación del marco de la situación, el teimpo característico es el imperfecto. Sin embargo, también encontramos la utilización del presente, sobretodo en las narraciones que se producen dentro de la conversación espontánea o en aquellos casos en los que se pretende dar mayor realismo a lo que se cuenta.
3. El punto de vista espacial
El espacio es el lugar donde transcurre la acción; el escenario puede presentarse como:
a) una mera ojeada a un lugar
b) una mirada atenta a un ambiente que influye con fuerza en el dinamismo de una trama.
La descripción del escenario está al servicio de la narración y cumple distintas funciones:
a) Dar verosimilitud a la acción: La función más efectiva del marco espaciotemporal de un cuento es la de convencernos de que su acción es probable.
b) Acusar la sensibilidad de los personajes: Revelar el estado de ánimo del narrador e influir en los pensamientos y emociones de sus personajes. La descripción de un ambiente es a veces índice del carácter. Tiene que haber una armonía entre lo físico y lo psíquico.
c) Anudar los hilos de la trama: La descripción del dónde y el cuándo puede valer como "fondo físico" en escenas costumbristas pero también puede valer como "atmósfera", y entonces interviene en el desarrollo de la acción y usurpa el papel principal.
4. La descripción de los personajes
¿Cómo son descritos cada uno de los personajes? ¿Qué sabemos de su aspecto físico y de su carácter?
La descripción de los personajes puede ser:
a) una descripción moral, psicológica; se hace un retrato moral y se dan a conocer los valores del personaje.
b) una descripción física, externa; se hace una descripción exterior de los personajes.
5. Progresión temática
Por lo que se refiere a la progresión temática, se combina principalmente la progresión temática de tipo lineal y la de tipo tema constante, ya que en una narración tan importante es asegurar la unidad temática como hacer progresar la acción con nuevos elementos y describir con detalle aquello que creamos necesario.
6. Conectores y marcadores usados en la narración
Los conectores y los marcadores textuales se usan según las partes de la narración descritas anteriormente. En la parte dedicada a la acción y transformaciones se utilizan básicamente conectores temporales, causales y consecutivos; en las partes descriptivas predominan los conectores espaciales y los organizadores discursivos de orden.
Ejemplo desglosado
Observa la estructura del siguiente texto narrativo, los acontecimientos que narra y los diversos elementos que enriquecen el hilo narrativo (descripciones, diálogos, reflexiones):
Se acercaron los dos a la verja. Era aquello un cónclave de mendigos, un conciliábulo de Corte de los Milagros. Las mujeres ocupaban casi todo el patio, en un extremo, cerca de una capilla, se amontonaban los hombres;
no se veían más que caras hinchadas, de estúpida apariencia; narices inflamadas y bocas torcidas; viejas gordas y pesadas como ballenas, melancólicas; viejezuelas esqueléticas, de boca hundida y nariz de ave rapaz; mendigas vergonzantes con la barba verrugosa, llena de pelos y la mirada entre irónica y huraña; mujeres jóvenes, flacas y extenuadas, desmelenadas y negras; y todas, viejas y jóvenes, envueltas en trajes raídos, remendados, zurcidos, vueltos a remendar hasta no dejar una pulgada sin su remiendo. Los mantones, verdes, de color de aceituna, y el traje triste ciudadano, alternaban con los refajos de bayeta, amarillos y rojos, de las campesinas.
Roberto paseó mirando con atención el interior del patio. Manuel le seguía indiferente.
Entre los mendigos, un gran número lo formaban los viejos; había lisiados, cojos, mancos; unos hieráticos, silenciosos y graves; otros movedizos. Se mezclaban las anguarinas pardas con las americanas raídas y las blusas sucias. Algunos andrajosos llevaban a la espalda sacos y morrales negros; otros , enormes cachiporras en la mano; un negrazo, con la cara tatuada a rayas profundas, esclavo, sin duda, en otra época, envuelto en harapos, se apoyaba en la pared con indiferencia digna; por entre hombres y mujeres correteaban los chiquillos descalzos y los perros escuálidos; y todo aquel montón de mendigos, revuelto, agitado, palpitante, bullía como una gusanera.
-Vamos -dijo Roberto- no está aquí ninguna de las que busco. ¿Te has fijado? -añadió-. ¡Qué pocas caras humanas hay entre los hombres! En estos miserables no se ve más que la suspicacia, la ruindad, la mala intención, como en los ricos no se advierte más que la solemnidad, la gravedad, la pedantería. Es curioso, ¿verdad? Todos los gatos tienen caras de bueyes; en cambio, la mayoría de los hombres no tienen cara de hombres. [...]
Salieron. El viento seguía soplando, lleno de arena: volaban locamente por el aire hojas secas y trozos de periódicos;
las casas altas próximas al puente de Segovia, con sus ventanas estrechas y sus galerías llenas de harapos, parecían más sórdidas, más grises, entrevistas en la atmósfera enturbiada por el polvo.
De repente, Roberto se paró y, poniendo la mano en el hombro de Manuel, le dijo:
-Hazme caso, porque es verdad. Si quieres hacer algo en la vida, no creas en la palabra imposible. Nada hay imposible para una voluntad enérgica.
Si tratas de disparar una flecha, apunta muy alto, lo más alto que puedas; cuanto más alto apuntes más lejos irá.
Manuel miró a Roberto con extrañeza, y se encogió de hombros.
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